TEORÍA DE LA ACCIÓN COMUNICATIVA Y SU APLICABILIDAD EN LOS SISTEMAS EDUCATIVOS
UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR
INSTITUTO PEDAGÓGICO DE CARACAS
SUBDIRECCIÓN DE EXTENSIÓN
DIPLOMADO DE DOCENCIA UNIVERSITARIA
COHORTE 2021-2
TEORÍAS PEDAGÓGICAS
TEORÍA DE LA ACCIÓN COMUNICATIVA Y SU APLICABILIDAD EN LOS SISTEMAS EDUCATIVOS
Facilitadora: Integrantes:
Prof. María Fernández
América Torres 24239645
Adriana Bravo 12627121
Ernesto Ceballos 17206602
MAYO
2021
INTRODUCCIÓN
La
Teoría de la Acción Comunicativa (TAC), obra cumbre y elemental de Jünger
Habermas fue publicada en dos tomos en 1981. La acción comunicativa está basada
en la reciprocidad comunicacional lingüística, la cual busca constituir las
condiciones mínimas y universales para cualquiera aceptación a acuerdo
racional. La TAC no refiere directamente a problemas educativos, en
especificidad, pero sí de manera indirecta lo afecta y les da forma
transcendental; tanto que existe una relación entre la acción pedagógica y la
acción comunicativa tratada en numerosos autores. Aun cuando el filósofo
Habermas en sus otras obras si ha venido perfilando la educación en general;
con fines de una educación emancipadora. Desde una investigación teórica
reflexiva se analizan las perspectivas de la educación desde la TAC de Jünger
Habermas.
Por
lo que se puede decir de modo general que esta teoría es la interacción de dos
o más personas capaces de lenguaje y acción, con una acción orientada en base a
una comprensión mutua para lograr un acuerdo que es comprometerse. Dicha acción
se debe dar con la única fuerza que da el poder de la argumentación. El proceso
educativo debe llevar, desde la perspectiva de Habermas al desarrollo de la
inteligencia cultural, esta se da cuando existe una interacción en las que los
sujetos capaces de lenguaje y acción entablan una relación interpersonal con
medios verbales y no verbales. El concepto central es la interpretación
referida a la negociación de situaciones susceptibles de consenso,
estableciendo los significados con argumentos, donde en un dialogo igualitario
el lenguaje es fundamental como medio de entendimiento en el acto educativo.
GENERALIDADES DE JÜNGER HABERMAS Y
DEL CONTEXTO HISTÓRICO DEL MOMENTO
Jürgen
Habermas nació en Düsseldorf, Alemania el 18 de junio de 1929, es el miembro
más eminente de la segunda generación de la Escuela de Frankfurt y uno de los
exponentes de la Teoría crítica. Estudió filosofía, historia, psicología,
literatura alemana y economía en las universidades de Gotinga, Zürich y Bonn.
Ganador de muchos premios el 23 de enero de 2013 fue galardonado el filósofo y
sociólogo de 83 años, con el honor de Cultura de la ciudad de Munich. El premio
se otorga anualmente desde 1958 a una persona por sus logros culturales y
científicos. Habermas tiene intereses como la: teoría social, filosofía
política, ética, filosofía del derecho, filosofía del lenguaje, teoría del
conocimiento. Y en todas sus obras tiene ideas notables de la racionalidad
comunicativa, la ética discursiva, la democracia deliberativa, la pragmática
universal, el patriotismo constitucional, los intereses del conocimiento y la
esfera pública.
TEORÍA
DE LA ACCIÓN COMUNICATIVA
El concepto de acción comunicativa es una de
las bases que estableció el filósofo alemán Jürgen Habermas para estructurar su
Teoría crítica de la modernidad. Habermas observa cómo la interacción social
del ser humano pasa de estar basada en ritos y en lo sagrado a la potencia del
signo lingüístico, con la fuerza racional de las verdades sometidas a crítica.
Las estructuras de acción comunicativa orientadas a un acuerdo se vuelven cada
vez más efectivas tanto en la reproducción cultural como en la interacción social
o en la formación de la personalidad.
POSTULADO
DE LA ACCIÓN COMUNICATIVA
Siguiendo a Humboldt, que establecía al
lenguaje como configurador del pensamiento, Habermas opina que no hay mente, ni
actividad intelectual sin un lenguaje previo. Si todo ser humano nació en una
comunidad lingüística, el lenguaje es, paradójicamente, anterior al éste, todo
el que quiso decir algo ya tuvo que suponerlo. Habermas admite esta
independencia del lenguaje y elabora su teoría filosófica a partir de lo que él
llama los supuestos universales del habla: aquellos supuestos que debe
considerar cualquier hablante antes de emitir palabra, porque son “mandatos”
del lenguaje. Estos supuestos son ciertos en cualquier lengua, por tanto
universales. Un hablante no puede dejar de pretender, si es que quiere alcanzar
un consenso comunicativamente:
1. Inteligibilidad para lo que se dice. La
comunicación resulta imposible si lo que se dice es incomprensible para los
demás.
2. Verdad para aquello que se dice. Para el
contenido de lo que se dice en relación con lo objetivo (si digo “esta mesa es
verde” debe ser verde) o para las condiciones de existencia de lo que se dice
(si digo: “cierra la puerta” se presupone que la puerta estaba abierta).
3. Rectitud para su acto de habla en relación con
un contexto normativo. Esto significaría lo siguiente: todo hablante se atiene
a un conjunto de normas aceptadas por todos. Si dice “usted se calla” es porque
debe estar autorizado a decirlo.
4. Veracidad para su formulación como expresión
de su pensamiento. Lo que dice debe ser lo que cree o piensa; si miente, la
comunicación se rompe.
Estos cuatro supuestos: inteligibilidad, verdad, rectitud y veracidad,
son los que forman la base de validez del habla. Para Habermas, el uso primario del lenguaje sería el
orientar su empleo al entendimiento. El lenguaje busca ayudarnos a
comunicarnos, y para poder comunicarnos son precisos esos cuatro supuestos, y
el lenguaje nos “obliga” a cumplirlos. Los otros usos del lenguaje son
parasitarios de este uso ideal.
Podemos usar el lenguaje para engañar, estafar,
manipular, etc., pero el que miente debe hacer creer a los demás que opera bajo
el supuesto de veracidad si quiere conseguir su objetivo, el que dice cosas
incongruentes debe convencernos de que no está loco, y que lo que dice responde
a la realidad, el que violenta y problematiza las normas pone en cuestión el
presupuesto de rectitud, etc.
LA ACCIÓN COMUNICATIVA EN LAS
INSTITUCIONES EDUCATIVAS Y LA INTELIGENCIA CULTURAL
En
cuanto al papel del docente en el acto educativo, Miranda (1991, p.45) en un
estudio sobre el proceso educativo y la acción comunicativa de Habermas afirma
que la misión del profesor se puede resumir en:
Ø Ha
de seguir en clase la discusión de los temas dictados por los intereses de los
alumnos. No ha de sentar cátedra, sino
que ha de posibilitar que los alumnos lleguen a la comprensión de los conceptos
filosóficos a través del diálogo.
Ø Ha de estimularlos para que piensen por sí
mismos.
Ø Ha
de reforzar los conceptos filosóficos mediante los ejercicios del manual.
Ø Ha
de estimular a los alumnos para que, ayudándose unos a otros, construyan ideas
apoyándose en las de los demás.
Ø Ha
de hacer ver a los alumnos las implicaciones de lo que están diciendo.
Ø Ha
de ayudar a los alumnos para que tomen conciencia de sus propias suposiciones.
Ø Ha
de estimular a los alumnos para que justifiquen sus propias opiniones y
creencias.
Ø Ha de conseguir que todos, incluido el, se
escuchen mutuamente”.
En
las funciones del docente dadas anteriormente hay un interés emancipador, que
según Grundy (1991, p.142) “el interés emancipador compromete al estudiante, no
sólo como «receptor» activo, en vez de pasivo, del saber, sino como creador
activo del mismo junto con el profesor”. Es la relación deseada en el proceso
educativo, de la que sigue afirmando Grundy (1991, p.142) los estudiantes y el
profesor ocupado de manera conjunta como participantes activos en la
construcción del conocimiento. Esta perspectiva transaccional de la enseñanza y
el aprendizaje significa que no tiene sentido hablar ya de la enseñanza sin
hacerlo al mismo tiempo del aprendizaje. Con todo esto se puede decir que desde
la Teoría de la Acción Comunicativa se promueve un currículum emancipador que,
según Grundy (1991, p.39) tenderá a la libertad en una serie de niveles. Ante
todo, en el nivel de la consciencia, los sujetos que participan en la
experiencia educativa llegarán a saber teóricamente y en términos de su propia
existencia cuándo las proposiciones representan perspectivas deformadas del
mundo (perspectivas que sirven a los intereses de dominación) y cuándo
representan regularidades invariantes de existencia.
En general Habermas en sus obras trató el tema
educativo en profundidad, de las ideas tratadas en la Página Web (3) se puede
dilucidar que Habermas ve en la educación un instrumento para expandir sus
ideas y aplicarlas. Propuso por ejemplo: la democratización universitaria, la
enseñanza científica reflexiva y práctica; no solo como técnica para lograr
fines establecidos por la sociedad de consumo, la enseñanza política con
participación crítica fundamentada, de ciudadanos que impulsen cambios en la
sociedad en que viven, basados en juicios que surjan de la razón y no de una posición
de poder. Igual de dicha Página Web (3) se puede afirmar que Habermas considera
como violentas las imposiciones que se realizan a la conducta de los individuos
basadas en el poder ya sea político o económico.
Toda exigencia a la que se somete a un ser
humano, de cualquier tipo de aprendizaje, debe ser consensuada utilizando para
ello el instrumento de la comunicación, con lo cual los conocimientos se
aceptarán como válidos; no porque así se lo exigieron que los aprenda sus
docentes, sino porque así los aceptó, previo análisis crítico racional.
CONCLUSIÓN
La
Teoría de la Acción Comunicativa indica que la educación se debe desarrollar en
una ambiente libre de coacción para llegar a un entendimiento en base de
razones a favor o en contra de lo tratado. Es la interacción de dos o más
personas capaces de lenguaje y acción, con una acción orientada en base a una
comprensión mutua para lograr un acuerdo que es comprometerse. Dicha acción se
debe dar con la única fuerza que da el poder de la argumentación. En la
interacción en el acto educativo debe entablarse una relación interpersonal;
con una compresión mutua que se distingue de las demás pues esta va al logro
eficiente de fines o logros de éxitos, que sería llegar al aprendizaje.
Para
que esto sea posible en el objetivo de la acción comunicativa se debe implicar
el conocimiento compartido, con un acuerdo basado en la validez y confianza
mutua en educando y educadores. Todo lo anterior implica la comprensibilidad de
lo que se dice, verdad para lo que se dice, expresando lo que se piensa con
confianza sin cortapisa de lo que se trata, sin mentir; asumiendo una rectitud
en un conjunto de normas que se aceptaron por todos en el acto educativo.
Por
lo que se puede se puede dilucidar que habermas ve en la educación un
instrumento para expandir sus ideas y aplicarlas. propuso por ejemplo: la
democratización universitaria, la enseñanza científica reflexiva y práctica; no
solo como técnica para lograr fines establecidos por la sociedad de consumo, la
enseñanza política con participación crítica fundamentada, formadora visión los
aceptó, previo análisis crítico racional
BIBLIOGRAFIA
Ø Bernstein,
R. (1991). Habermas y la modernidad. Cátedra: Madrid.
Ø Grundy,
S. (1991). Producto o praxis del currículum. Madrid. Ediciones Maroto
Ø Habermas,
J. (1971). Teoría y praxis. Madrid: Taurus.
Ø Habermas,
J. (1987a). Teoría de la acción comunicativa. Volumen 1: Racionalidad de la
acción y racionalización social. Taurus: Madrid.
Ø Habermas,
J. (1987b). Teoría de la acción comunicativa. Volumen 2: Crítica de la razón
funcionalista. Taurus: Madrid.
Ø Habermas,
J. (1991). Escritos sobre moralidad y eticidad. Paidós, Barcelona.
Ø Habermas,
J. (1999). La inclusión del otro. Estudios de teoría política. Paidós, Barcelona.
Ø Miranda,
T. (1991). Acción comunicativa y proceso educativo. J. Habermas M.
Ø Lipman.
Revista de la Facultad de Educación de Albacete, Nº. 5, 1991, pp. 33-46.
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